No existen límites, los ponemos nosotros

Desde pequeño mis padres me enseñaron que en la vida, no existen límites y por el contrario, los límites los ponemos nosotros mismos. Tampoco existen impedimentos para que podamos tener una mayor felicidad en la vida, si lo queremos, es posible.

En buena medida, nuestra felicidad en la vida, viene determinada por la capacidad que tengamos de no limitarnos, alcanzando nuestras metas y siendo más felices diariamente. 

Permanece optimista por encima de todo, aunque las circunstancias no sucedan como esperas, con esfuerzo e ilusión, todo es alcanzable, también, en cuestiones de amor, no desesperes y sobre todo, no te limites.

Un ejemplo muy claro, es la llegada del hombre a la luna, si esto ha sido posible, ¿no vas a poder tú, tener más felicidad en tu vida?. La respuesta es más que evidente, claro que puedes.

...todo lo que en un determinado momento soñamos...
...puede convertirse en realidad con esfuerzo...

Quizás puedan servirte estas pautas:
a) Establece objetivos que puedas alcanzar, en función de su proximidad temporal: corto, medio, largo plazo.
b) No existen los límites, los ponemos nosotros mismos, no te pongas la venda en los ojos.

La capacidad de decisión es ilimitada, ante la mayoría de circunstancias o situaciones que pudieran ocurrirnos, podemos decidir que dirección tomar y el rumbo al que dirigirnos.

Es necesario que seamos sinceros con nosotros mismos y respondamos a la pregunta: ¿qué queremos en nuestra vida?.

Aunque a veces, podamos errar y no alcanzar nuestras propuestas, metas u objetivos, es necesario intentarlo, evitando limitarnos, porque los límites dependen de nosotros mismos.

Recuerda, no te limites. El camino hacia la felicidad en la vida comienza desde tu interior, en tu persona, de ahí la importancia de hacer un ejercicio de sinceridad con uno mismo. Además de ser un gesto estupendo, la sinceridad es una de las mejores herramientas para superarnos a nosotros mismos con el paso del tiempo.