Felicidad y alegria

Cuando hablamos de felicidad y alegría, hacemos referencia a dos términos claramente diferenciados. El primero de sendos conceptos es prolongado en el tiempo, en cambio el segundo es temporal.



En la presente imagen se muestra el artículo de hoy llamado felicidad y alegria.
Dos conceptos que se suelen mezclar con cierta frecuencia, existiendo diferencias entre los mismos.

Uno de los ejemplos de situaciones más características lo encontramos cuando abordamos la felicidad como circunstancia global, y por lo tanto que complementa en su totalidad la vida del individuo. Sin embargo, dicha premisa no se cumple en el caso de la alegría por tratarse de una palabra que responde a un estado efímero que vive nuestro ser.

Fuera como fuese no existe o al menos yo no lo conozco, ninguna persona que pueda estar alegre todos los momentos que determinan su existencia. Esto es así, porque todos nosotros respondemos a una montaña rusa de emociones que sube y baja según los diversos ciclos emocionales en los que nos encontremos. ¿Te has sentido recientemente así?

Sí, hay momentos en los que nos sentimos con una alegría tal que desbordamos energía y una gran cantidad de emociones positivas. Otros días por ejemplo, podemos estar completamente desmotivados, apenados o con una profunda tristeza por el motivo que fuere. Siempre según las circunstancias vitales de cada individuo. No obstante, aunque te resulte incomprensible en este preciso instante en ambas situaciones podemos ser enteramente felices, pese a que solamente en uno sintamos esa alegría de la que te estoy hablando y que seguramente conozcas a la perfección porque la has vivido al igual que yo.

Por todo ello, se puede afirmar con absoluta rotundidad y sin lugar a dudas que la alegría es una emoción que nace desde nuestro interior, como sucede con otras muchas como por ejemplo:
  • Sorpresa.
  • Asco.
  • Tristeza.
  • Ira.
  • Miedo.
Y otro montón de emociones que si lo piensas seguro que se te ocurren como ocurriere con estas que te exponía yo mismo anteriormente.

Ten en cuenta que cuando hablamos de emociones, éstas nos diferencian del resto de seres vivos. Es decir, un factor determinante que diferencia a los seres humanos de los animales vienen a ser las emociones. ¿Hasta aquí me sigues, verdad?

Bien, continuando con el post de hoy quiero decirte que verdaderamente no importa como te sientas hoy, estás en el camino adecuado para crecer y mejorar. Sin embargo, si me lo permites quiero compartir tres sencillos consejos que en la práctica te ayudarán en tu camino de cara a la felicidad y alegría.

  1. No te agobies si en algún momento confundiste estos dos conceptos e incluso los pudiste mezclar, sucede con bastante frecuencia. Lo primero que tienes que tener presente es que no siempre podrás ser feliz o estar alegre porque hay momentos y situaciones que no invitan a ello. Aceptarlo de la mejor forma que puedas te ayudará a comprender que la felicidad depende de nosotros mismos.
  2. Dedica la mayor parte del tiempo que puedas a realizar aquello que verdaderamente ames, con la máxima pasión que puedas poner y tu recompensa se verá incrementada enormemente con grandes emociones positivas que te permitirán ser feliz de forma prolongada.
  3. Cuenta con la actitud favorable tal, con la que consigas entender que todo lo que tienes a tu alrededor puede proporcionarte ese estado anímico del que estamos hablando en estas líneas. No importará si estás solo, acompañado, en pareja o sin ella; lo importante será no desanimarse nunca y seguir adelante pese a las circunstancias negativas en las que pudieras encontrarte.
Recuerda que lo importante eres tú y todas las circunstancias son temporales, nada dura para siempre. Como estás comprobando mi principal objetivo con este texto es ayudarte a ver que puedes disfrutar de lo simple de la vida, amando lo que haces y siendo inmensamente feliz con aquello que amas. Dicho de otra forma, todo es sencillo y produce felicidad salvo cuando nosotros mismos lo complicamos, evitando que suceda.