Hoy me gustaría responder a una de esas preguntas que con más frecuencia recibo, no es otra que ¿cómo afecta la belleza a nuestra felicidad?
Vivimos en una sociedad donde el concepto de belleza se rige por una serie de estereotipos de delgadez, en ocasiones extrema, obviando que la belleza que sufre menos modificaciones conforme al tiempo es la interior.
Es lo que tiene la vida, que se ve influenciada por diversas cuestiones como la belleza o el grado de felicidad de la persona, porque todas las personas somos más o menos felices.
La belleza de las personas, de las cosas y de todo en general, con frecuencia nos sorprende.
Pero, ¿cómo afecta la belleza a nuestra felicidad?. De forma muy sencilla, la sorpresa con cierta regularidad implica el regalar belleza, la belleza de vivir, la belleza de una sonrisa conmovedora, la belleza de la persona amada, la belleza referente a la alegría de una madre con su pequeño bebé y en definitiva, la belleza de todo aquello que nos rodea.
Sin embargo, no todas las personas son realmente capaces de percatarse de la belleza de estas cosas, perdiendo por lo tanto, felicidad. Como en todo, consiste en no solamente darse cuenta que la belleza se encuentra ahí, a nuestro lado sino que aunque cueste verla, hay que fijarse.
¿Cuántas veces hemos obviado la belleza de tantas cosas que se encuentran a nuestro alrededor?. La belleza puede encontrarse en las personas pero esa es la que menos me interesa hoy. Porque la belleza no se encuentra en unos objetos determinados, sino en los gestos, los detalles, en todo aquello que de una u otra manera nos emociona.
Como sucede por ejemplo con la mirada de la persona amada, con lo que sentimos cuando esta persona amada nos mira a los ojos, dejando al desnudo su corazón y el nuestro. Es una sensación parecida a cuando miramos al cielo un día fantástico como éste para ver las nubes intentando tocar el cielo, con nuestras manos.
Todas las personas contamos con la posibilidad de disfrutar de la belleza de todo un poco, de manera que podamos tener una mayor felicidad, pero depende de cada uno de nosotros llegar a hacerlo o no.