Obviamente, a la mayoría de
nosotros no nos gusta experimentar la tristeza y sí la felicidad. Sin embargo,
¿es cierto que sin tristeza no hay felicidad? Aunque suene un tanto
complicado de entender, no hay felicidad sin tristeza, así de contundente. Y es
que, nos resultaría enormemente difícil llegar a ser felices
sin haber conocido anteriormente el significado de la tristeza, que
podríamos experimentar por ejemplo, a través de una ruptura amorosa, de no
conseguir un objetivo que teníamos en mente, derivada de la pérdida de nuestro
puesto de trabajo o incluso de una discusión importante con algún familiar o
persona cercana.
Cuando aceptamos que la
felicidad ante todo no existe sin la tristeza, no solamente damos un
paso adelante en nuestra percepción de este estilo de vida fundamental, sino
que a través de esta percepción fruto de una decisión personal nuestra,
entendemos de mejor forma que por medio de nuestras propias decisiones podemos
conocer la tristeza por ejemplo, en silencio. Si bien es cierto que algunos
consideran como real la existencia de una tristeza feliz, según mi experiencia
es una emoción que no resulta agradable por la negatividad que nos aporta.
¿Sabías que sin tristeza no hay felicidad posible? |
¿Realmente sin tristeza no hay felicidad?
No se trata de perseguir la
felicidad absoluta porque caeríamos en un error serio, que podría incluso
conllevar ciertos problemas a nivel de por ejemplo, autoestima. Simplemente,
tenemos que proponernos en cada uno de los días de nuestra vida, estar alegres,
encontrar la satisfacción en lo que hacemos y sobre todo, compartir
la felicidad que tengamos con nuestros seres queridos, puesto que no
hay mejor forma de mantenerla.
A través de las emociones,
alegría, felicidad, estamos un poco más vivos y percibimos la vida bajo una
perspectiva distinta. Sin embargo, sin tristeza no hay felicidad porque
estamos obligados a conocer la antagónica de cada una de las emociones, puesto
que solamente así tenemos la capacidad de discernirlas. La enseñanza que nos
dejan multitud de vivencias es muy sencilla, sin importar los problemas que
tengamos en este instante y que tanta tristeza nos traen a la memoria, tenemos
que continuar sintiendo, viviendo, sonriendo, intentando lamentarnos menos y en
definitiva, aprendiendo a madurar mientras aceptamos que el sufrimiento es
compatible con la felicidad.
La vida de cada uno de nosotros
es como un reloj, con multitud de manivelas que lo hacen funcionar y una gran
diversidad de engranajes. No tenemos que bajar los brazos y permitir que la
tristeza nos supere, las circunstancias se superan y los momentos grises
también. Si por ejemplo, discutiste con tu pareja y ahora consideras que la felicidad
en pareja no es real, no olvides que ninguna persona puede hacerte
feliz mientras que tú no lo seas por ti mismo. Y es que, somos responsables de
nuestros propios relojes y de cómo de felices nos sentimos.
No hay felicidad sin haber conocido previamente la tristeza |
No resultaría especialmente
inteligente por nuestra parte, creer que la única vía para superar la
adversidad, el sufrimiento y la tristeza sea la huida. Si queremos descubrir en
qué consiste la felicidad, tenemos que experimentar sentimientos dispares.
Aunque por ejemplo, pueda invadirnos el
miedo a la felicidad, su pérdida o nos encontremos un tanto
sobrepasados por la tristeza del momento, hay que seguir sonriendo y mirando al
futuro con alegría
Sí, estoy plenamente de acuerdo contigo en que hay momentos
difíciles en los que debemos ser quizás más fuertes de lo que quisiéramos, pero
también quiero decirte que detrás de todo esa tristeza que te invade hay una
enseñanza feliz. Por lo tanto, intenta que las heridas que hoy te hacen sentir
triste no dejen huella en tu corazón, ser
feliz con lo que tengas hoy y continúa tu camino feliz por la vida.
Pese a que sin tristeza no haya alegría mantén contigo siempre
una perspectiva alegre, intenta que tu fuerza de voluntad te acompañe en todo
momento, que la valentía con la que cuentas desde siempre no te abandone, tener
la ilusión desde niño próxima y no olvides tu alegría. Recuerda que aunque a
veces es necesario caer, incluso de rodillas, para retomar nuestra vida con un
impulso renovado, se puede descubrir la felicidad después de una caída por inesperada
que nos resultase.
Y tú, ¿consideras que sin tristeza no hay felicidad o tienes otro punto
de vista distinto?